Antes de descubrir su vocación de escritor, Mario fue un apasionado del dibujo y la fotografía.
Comenzó a contar historias narrando las anécdotas de su primer viaje como mochilero por Centroamérica… y ya no quiso parar. Es autor de narrativa para niños y jóvenes. Sus textos han ganado muchos reconocimientos, entre ellos el Premio Amanuense, que recibió por su cuento Y de postre… una esdrújula (ilustrado por Marcela Calderón).